domingo, 6 de abril de 2008

Salamanca real

A las gentes del barrio salamanca les preocupan los daños colaterales de la boda del príncipe. Se acuerdan de la pobre isabel sartotius, con la que se sienten muy identificados. Y es que isabel es una niña bien -bien de dinero-, rubia bien mechada y con transfondo político que no la impide ir bien guapa y a la moda.

Pero la rubia sartorius no levanta cabeza desde que a felipe de borbón le dio por las modernas; modelos y profesionales. Los reyes siempre son de su tiempo y no envejecen hasta que mueren o les expulsan al exilio. Mientras, la vida de isabel ha sido manteada por periodistas, que sin embargo han callado ante los rumores de que el travieso j.c. sea el padre del hijo de su ex. Ya estamos al nivel de las telenovelas sudamericanas, pero los reyes españoles siguen saliendo de picos pardos. España va bene.

Y pese a ser tan poderosos como el rey, a la gente que pasea a diario intempestiva y ociosamente por Velázquez y Ortega-gasset, le interesa más que nunca la actualidad de la casa real. En definitiva son vecinos de la infanta, a la que saludan discretamente cuando la ven saliendo del corte inglés: “enhorabuena. ¿Qué tal tu hermano?”, aunque se mueren de ganas por preguntarle por su cuñada.

A las familias vascas del barrio, en cambio, les trae al pairo con quién se case la monarquía, a no ser claro que fuera con ellos. De hecho, en el alkalde nadie ha hecho aun declaración sobre el asunto. Y los hijos de los vascos en sus galerías, no dicen nada que no digan sus mayores en el restaurán.